Hace mucho que no escribo.
Hay muchas razones, que no quiero que se conviertan en
justificaciones.
Una de esas razones es mi propia contradicción.
Mis palabras quieren decir algo y mi mente no sabe el qué.
A mi tendencia a querer tener el control de todo esto le
resulta inquietante. Me desconcierta la situación. ¿Qué vas a decir? ¿Qué
pretendes expresar? Y ni siquiera sé a quién se dirigen mis preguntas.
Hay muchas zonas de mi que aún no tengo el gusto de conocer.
Y llevo media vida encontrándome con algunas de ellas. Y paradójicamente
mientras más conozco, más me doy cuenta de lo poco que conozco de mi.
Así que mi intento de hoy de escribir algo que mi cabeza tenía
en “mente”…de nuevo se ve frustrado por una nueva parte de mi que quiere
emerger, que quiere salir a la superficie, ver la luz, salir de su exilio.
Y cada vez que permito que esto ocurra, hay una parte de mi
que siente menos temor ante lo desconocido, una parte de mi que necesita
controlar menos, a la que no le intimidan esas zonas de mi que aún no han dado
la cara.