De nuevo Baudelaire


Hace unos días traje un poema de Baudelaire, de sus Flores del Mal. En concreto el número XIX titulado "La giganta".

Lo dediqué a Victoriano que me comentó que sería uno de los que elegiría para una recopilación de los mejores poemas que conoce. Cuando lo leyó en este rincón, descubrió que la versión que él conocía era diferente, y le resultaba, más familiar y bella para su memoria.

Estuvimos especulando si podría tratarse de alguna versión modificada del autor, pero contrastando el original con las diferentes versiones que he encontrado, estoy convencida que cada traducción ha sufrido un cambio en función del criterio de cada traductor.

En cualquier caso lo publicaré de nuevo, también en su versión original en francés. Y esta vez se lo regalo no solo a Victoriano, que espero esté satisfecho con la rectificación, sino a Carmen, ahora que sé de su pasión por este maestro de la poesía.


XIX La Giganta


Antaño, cuando la Naturaleza en su impulso pujante

diariamente concebía criaturas monstruosas,

yo hubiese querido vivir con una giganta joven

igual que un gato voluptuoso a los pies de una reina.


Me hubiera gustado ver cómo florecía su cuerpo

junto a su alma y así libre crecer en terribles juegos;

y adivinar si su corazón incubaba sombrías llamas

en las tinieblas húmedas de sus ojos;


hubiese querido recorrer tan magníficas formas,

trepar por las vertientes de sus rotundas rodillas,

y también, en estío, cuando malsanos soles

la obligaban a tumbarse, cansada en el campo,


me hubiera gustado dormirme apaciblemente a la sombra de sus senos,

dormir como una aldea tranquila al pie de una montaña



XIX La Gèante


Du temps que la Nature en sa verve puissante

Concevait chaque jour des enfants monstrueux,

J'eusse aimé vivre auprès d'une jeune géante,

Comme aux pieds d'une reine un chat voluptueux.


J'eusse aimé voir son corps fleurir avec son âme

Et grandir librement dans ses terribles jeux ;

Deviner si son cœur couve une sombre flamme

Aux humides brouillards qui nagent dans ses yeux ;


Parcourir à loisir ses magnifiques formes ;

Ramper sur le versant de ses genoux énormes,

Et parfois en été, quand les soleils malsains,


Lasse, la font s'étendre à travers la campagne,

Dormir nonchalamment à l'ombre de ses seins,

Comme un hameau paisible au pied d'une montagne.


2 comentarios:

Monelle/Carmen Rosa Signes 10:25:00  

Un honor para mi que me regales con esta dedicatoria. Adoro Baudelaire, su obra completa, lo admiro. Gracias por el detalle. Besos.
Carmen

Clematide 15:46:00  

El honor es mío por contar con tu amistad.
Un beso enorme, preciosa Carmen.

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