Practicar mudras durante la asana (postura de yoga), meditación, pranayama (ejercicios respiratorios) o kirtan (cantos) te ayudará a acallar el charloteo de tu mente. Pero el poder de estos gestos de manos aparentemente sencillos va más allá, centrándote en tu práctica.
Los mudras pueden recordarte dos claves de la sabiduría yóguica.
Primero, ya eres quien buscas ser. Los mudras te recuerdan que no hay virtudes que poseas o no, sino estados que eliges conscientemente sentir y expresar.
Segundo, la práctica del mudra puede ayudarte a descubrir un camino para traducir las buenas intenciones en actos. Es el puente entre tu experiencia espiritual y tus actuaciones exteriores.
Yoga journal
2 comentarios:
Interesante y muy aleccionador. Gracias por traernos toda esta sabiduría.
Besos.
Carmen
Gracias Carmen. Hay siempre tanto que aprender...
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