
Escribo emocionada…con las lágrimas deseando asomar a la superficie.
No es tristeza, tampoco alegría, es una mezcla de emociones…agradecimiento, tensión, caos, vida, frescura, cansancio…y plenitud.
Estoy de mudanza, por dentro y por fuera, con todo lo que ello conlleva.
Mi casa es un pequeño caos, y la plenitud se vislumbra cuando veo las posibilidades y me doy cuenta de que es un estado pasajero, un paso previo y necesario hasta que todo esté en un nuevo orden, una nueva situación, un nuevo espacio y un nuevo tiempo.
Todo lo que digo se puede aplicar a lo que ocurre tanto entre mis paredes de ladrillo y las de carne y alma.
Es un momento de ceguera lúcida…no me pidáis que lo explique, ni yo misma sé. Pero si sé, tengo la certeza de que este cambio es muy simbólico, significativo y marcará un antes y un después.
Quiero agradecer….y para ello me falta espacio, hay tantas personas cercanas y lejanas que me están apoyando, ayudando, y dándome un amor que me abruma y me deja sin palabras y con muchas lágrimas de emoción.
Especialmente a las chicas que vinieron con el corazón lleno aquel viernes en que mi ánimo estaba a ras de suelo…y llenaron de chispas y alegría mis espacios...todas esas manos que han aportado fuerza y luz a este momento tan especial…¡¡¡GRACIAS!!!.
Gracias a todos…
Busqué consuelo en mi amado Benedetti, que seguro tenía un poema adecuado para este instante…y se dejó encontrar entre el caos de libros que aún no están en estantes…Gracias maestro por tu compañía.
Tu fábula y mi fábula
El silencio esta inmóvil
No es tristeza, tampoco alegría, es una mezcla de emociones…agradecimiento, tensión, caos, vida, frescura, cansancio…y plenitud.
Estoy de mudanza, por dentro y por fuera, con todo lo que ello conlleva.
Mi casa es un pequeño caos, y la plenitud se vislumbra cuando veo las posibilidades y me doy cuenta de que es un estado pasajero, un paso previo y necesario hasta que todo esté en un nuevo orden, una nueva situación, un nuevo espacio y un nuevo tiempo.
Todo lo que digo se puede aplicar a lo que ocurre tanto entre mis paredes de ladrillo y las de carne y alma.
Es un momento de ceguera lúcida…no me pidáis que lo explique, ni yo misma sé. Pero si sé, tengo la certeza de que este cambio es muy simbólico, significativo y marcará un antes y un después.
Quiero agradecer….y para ello me falta espacio, hay tantas personas cercanas y lejanas que me están apoyando, ayudando, y dándome un amor que me abruma y me deja sin palabras y con muchas lágrimas de emoción.
Especialmente a las chicas que vinieron con el corazón lleno aquel viernes en que mi ánimo estaba a ras de suelo…y llenaron de chispas y alegría mis espacios...todas esas manos que han aportado fuerza y luz a este momento tan especial…¡¡¡GRACIAS!!!.
Gracias a todos…
Busqué consuelo en mi amado Benedetti, que seguro tenía un poema adecuado para este instante…y se dejó encontrar entre el caos de libros que aún no están en estantes…Gracias maestro por tu compañía.
Tu fábula y mi fábula
El silencio esta inmóvil
y en el cristal de niebla
los dedos del invierno
dibujan iniciales
el silencio se mueve
y un cansancio arenoso
te pone en la frontera
de la melancolía
el silencio se abre
a imagen de los sueños
o del fulgor poniente
o de la breve infancia
el silencio se cierra
y al fin se quedan solas
tu fábula y mi fábula
sin amor ni rocío.
Mario Benedetti
No busqué un poema acorde con el tema de hoy…simplemente dejé que el azar se deslizara por una página cualquiera…que fue esta.
(Cuadro de Gustav Klimt..."Serpiente de agua")