La palabra es una forma de energía vital



Las palabras son una de mis debilidades, así que no son ninguna casualidad, ni el título de este blog, ni el de este post que nos habla de su mágico poder.
Me ocurre muy a menudo tener encuentros agradables en Internet. Son encuentros de diversa índole, pero la mayoría son información, ideas, inspiraciones, creaciones, imágenes...etc., que me motivan, estimulan y enriquecen.
Y cuando eso ocurre doy gracias, sobre todo porque gente de mi generación, y anteriores, que no siempre tuvimos esta fuente de inspiración, valoramos más este tipo de regalos. Nacimos y crecimos sin una fantástica herramienta de comunicación, difusión, expansión...un "lugar" que nos acerca a personas de lugares remotos con todo lo que tienen que ofrecer.
No voy a ser una ilusa, también hay lugares oscuros...como en la vida. Pero ahora quiero resaltar y agradecer una entrevista que encontré esta mañana y creo que ya circula por mail y que me ha parecido muy nutritiva...

Aqui os dejo la entrevista al Dr. Mario Alonso Puig

-¿Dice que no hay que ser razonable?
-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza, aparece otra línea. Son más importantes el qué y el por qué que el cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.
-Exagera.
-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una interpretación de la realidad.
-Más recursos…
-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva, específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los circuitos que les generaban estas enfermedades.
-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?
-Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metafórica. Ahora sabemos que es literal: “Todo ser humano, si se lo
propone, puede ser escultor de su propio cerebro”.
-¿Seguro que no exagera?
-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo que es, vemos el mundo que somos
-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?

-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.
-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?
-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de Albert Merhabian, de la Universidad de California (UCLA), el 93% del impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.
-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?

-El miedo nos impide salir de la zona de confort; tendemos a la seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para crecer hay que salir de esa zona
-La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente
-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando.Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación, si no sólo hay automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el entrenamiento de la mente.
-Déme alguna pista.

-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su propia palabra. Cuando decimos “voy a hacer esto” y no lo hacemos alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la conciencia.
-Ver lo que hay y aceptarlo.
-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste, persiste.
La aceptación es el núcleo de la transformación.

Soledad


A veces me pregunto por la errante forma que tiene mi soledad de manifestarse…unos días sí, otros días no, de forma aleatoria sin ningún esquema lógico que justificara su aparición.

Y nada más formular esta inquietud, surge la respuesta.

Hay días en que no estoy conmigo, me abandono, me marcho a otro lugar, a otros tiempos, con otras personas, a vivir historias conmigo misma como protagonista…pero no estoy conmigo. Estoy lejos, viviendo hipótesis, o reviviendo una situación cuya vigencia expiró hace tiempo y que dejó una huella en mi memoria y que uso como vehículo para viajar y alejarme de mi misma.

Y es en esos momentos en los que me siento realmente sola.


Ramillete de palabras

Si has llegado hasta aqui, es porque el amor no conoce fronteras ni límites.

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