
Mis planes para estos días de fiesta que acabamos de pasar eran simples: descansar y descansar.
Pero últimamente la vida se divierte conmigo, y juega a sorprenderme, de forma que lo único que no he hecho ha sido descansar. No al menos de la forma que había previsto.
Entre otras cosas, fui invitada a disfrutar de una de las actividades que más me gustan...patear el campo con la mochila liviana, el corazón alegre, y hacerme una con el cielo, las flores y el espléndido espectáculo de la Naturaleza en Málaga.
No podía haber imaginado mejor guía, un amigo que, como diría mi madre, es más del campo que una amapola. Y para mí, el campo, la Naturaleza, es sinónimo de todo lo bello y bueno que hay en el universo...y justamente eso es lo que representa este amigo de corazón inmenso y amante de la vida. (Gracias Felipe, es un placer seguir tus pasos expertos, y compartir contigo entre el cielo y el suelo una clase magistral de botánica...y VIDA).
No puedo estropear este post intentando explicar el fantástico día que pasé, en el que mientras más se cansaban mis piernas, más ligera sentía el alma...
En esta frase se refleja parte de lo vivido
Vive tu vida como si subieras una montaña. De vez en cuando mira la cumbre, pero más importante es admirar las cosas bellas del camino. Sube despacio, firme, y disfruta cada momento. Las vistas desde la cima serán el regalo perfecto tras el viaje.
Harold V. Melchert
(En la foto unas exhuberantes siemprevivas que adornaban el lugar)