Dios me libre de ser un ángel


Escribo escuchando a Rammstein.
Últimamente son mi inspiración y mis maestros cuando pienso en los contrastes de este bendito mundo en el que vine a jugar.
Son un grupo de música muy poderosa, heavy, industrial, no sé como clasificarlos.
Su música no deja impasible, es controvertida y polémica pues algunas de sus letras hablan de temas espinosos como el canibalismo, el incesto, hermafroditas, violencia, sadomasoquismo y muchas otros tópicos que levantan ampollas en algunos sectores de nuestra sociedad (que por lo que sé, somos todos y cada uno de nosotros).
Se les mira con desconfianza, y tampoco es tan difícil, al ser alemanes y tener una pronunciación muy peculiar se les adjudica un clarísimo tinte hitleriano relacionado con grupos nazis. Totalmente imperdonable.
Lo que no destacan es que también tienen preciosas canciones de amor, de una profunda delicadeza, puro amor en todas sus manifestaciones, que además cuando se envuelven con ese imponente y enérgico sonido completan, a mi modo de ver el yin-yang, la dulzura y la fuerza, contrastes en estado puro.
Sus detractores tampoco quieren ver que mucha de su música tiene una doble interpretación que quizá busca despertar al que la escucha, zarandear conciencias anquilosadas y rancias y poner de manifiesto que a veces lo perverso está más en los ojos y oídos del que juzga que en la acción que se muestra de una forma natural.
Mi tendencia es egocéntrica, cuando escribo, lo hago para mí misma, porque necesito decirme cosas, y a través de las palabras que se van dibujando me envío mensajes directos. Y mi egocentrismo sigue más allá, pues al publicarlas en este blog espero fervientemente que alguien las lea, y si hay comentarios, mi objetivo se completa satisfactoriamente. Además mi tendencia narcisista busca exponerme de forma más o menos discreta y que se me vaya conociendo. Bueno, que se vaya conociendo lo que me gusta mostrar, claro. Para que no haya críticas destructivas ni comentarios en contra y crearme una imagen bonita, dentro de la “normalidad”…sin sobresaltos ni cosas raritas.
Esta aclaración sirve para resaltar que la primera que tiene montones de prejuicios y leyes morales que aplica sin piedad y, lo peor, a veces inconscientemente, soy YO.
Si señor, yo misma.
En este mensaje me doy un tirón de orejas público.
Aunque Rammstein me gustan mucho porque mi amor por la música me hace ser benevolente y abierta con todo lo relacionado con este arte del alma (un prejuicio como otro cualquiera), seguramente si no se dedicaran a componer e interpretar yo sería una más de las que genera polémica gratuita y a veces poco documentada de un grupo que utiliza lo que llamamos despectivamente basura y (¡se nos olvida!) que nosotros mismos la hemos creado en la humanidad desde el comienzo de nuestras andanzas en este planetita tan hermoso y azul. No fueron nuestros antepasados, los degenerados neandertales, pertenece a nuestra esencia, a nuestro presente, a nosotros mismos. Lo malo es que no nos atrevemos a admitir que todo eso forma parte de nuestras células inconscientes. Volvemos al yin y al yang, las luces y las sombras que componen nuestra naturaleza humana, y que a veces nos empeñamos en negar, tapar y esconder.
Cuando escucho esta música intensa, potente y brutalmente penetrante, me siento viva, es como si florecieran desde lo más profundo de mi, todas esas facetas de mi persona que quiero negar, que tapo, pero que brotan porque necesitan luz. Y si no existen de forma abierta es quizá porque en esta vida no me ha tocado. Quién me dice a mi que en otra vida (contando con que exista la reencarnación, los mundos paralelos, o cualquier otro modelo que haga posible algún otro tipo de vida), no me he merendado el cadáver de un amigo, (ahora solo como pollos que otros matan, que es más evolucionado) he practicado sexo con algún hermano, o hermana, he desenterrado muertos en el cementerio, me he prostituido o participado en algún genocidio por propia voluntad…y quizá aprendí la experiencia y quizá no necesite repetirla, o quizá si…quién sabe. ¿Qué sé yo para juzgar algo así?.

“¡Dios me libre de ser un ángel!” (De su tema Engel)

Misterios


Esta semana he tenido oportunidades gratis de reflexión.
Cuando estaba por pensar que un bolso grande puede ser moda pero no siempre es práctico, se suceden una serie de acontecimientos que disparan mi imaginación.
Primero pierdo el conector de mi mp3. Por muy grande que sea un bolso, después de vaciarlo completamente sobre el sofá, debería aparecer cualquier cosa. Pero no.
Me resigno. Igual lo he perdido en otra parte.
Después pierdo un bolígrafo....
La misma operación.
Otro bolígrafo...
Madre mía, tengo un bolso grande come-bolis.
Un euro.
Nada, que no aparece por ningún lado.
Y lo que colma mi paciencia.
Pierdo un pendrive con cierta información...nada confidencial, pero importante para mi.
Cuando ya me he vuelto a resignar, y miro al bolso con desconfianza y cierto rencor, se me enciende la bombillita.
Este bolso está vacilándome.
Así es.
Busco en el forro algún agujero y ¡Bingo!
Ese es el misterioso triángulo de las bermudas bolsero que se traga todo lo que le eche...y al otro lado estaban mis pequeños tesoros esperando que los rescatase y sobre todo, que dejase de hacer especulaciones infantiles acerca de la capacidad digestiva de un bolso de mano.
La analogía es inevitable a estas alturas.
¿Cuántas cosas se deslizan en el forro de mi cerebro y luego me vuelvo loca buscandolas...en el lugar equivocado?

Yo vengo a ofrecer mi corazón (Mercedes Sosa)




¿Quién dijo que todo está perdido?
yo vengo a ofrecer mi corazón,
tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil, ya sé qué pasa,
no será tan simple como pensaba,
como abrir el pecho y sacar el alma,
una cuchillada del amor.
Luna de los pobres siempre abierta,
yo vengo a ofrecer mi corazón,
como un documento inalterable
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y uniré las puntas de un mismo lazo,
y me iré tranquilo, me iré despacio,
y te daré todo, y me darás algo,
algo que me alivie un poco más.
Cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
cuando los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Y hablo de países y de esperanzas,
hablo por la vida, hablo por la nada,
hablo de cambiar ésta, nuestra casa,
de cambiarla por cambiar, nomás.
¿Quién dijo que todo está perdido?
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Libres



Debemos ser libres, no para hacer lo que nos plazca, sino libres para comprender muy profundamente nuestros propios instintos e impulsos.
La libertad no es para hacer lo que nos antoja, sino que consiste mas bien en estar libres de todo el tormento de la vida, de nuestros problemas, ansiedades, miedos, heridas psicológicas y de todo el conflicto que hemos tolerado en nosotros mismos y en el mundo.
Estar por completo libres internamente del "Yo" sin ser absorbidos por algo - ya sea un paisaje, una idea, etc..., es la esencia de la belleza.


Jiddu Krishnamurti

Ramillete de palabras

Si has llegado hasta aqui, es porque el amor no conoce fronteras ni límites.

Datos personales

Mi foto
Aprendiza de la vida