La eterna pregunta de la identidad:
ser o no ser.
Dejarse ir,
o quedarse en esta orilla,
en la seguridad,
o ir allá donde el paisaje se adivina frondoso,
se percibe
y casi nos parece oler las flores del otro lado
y nos vamos embriagando del olor presentido
que nos va penetrando,
y son las flores, las enredaderas,
el agua del otro lado que nos está sonando en la memoria
con su olor a mango,
y es ese sentir que el corazón está próximo a estallar
(el olor del malinche, las explosiones del malinche),
los faunos,
un día que se va,
un día que pudimos haber estado al otro lado
y no estuvimos.
Gioconda Belli
2 comentarios:
Veo que hoy la sensualidad de los aromas te han cautivado. Hermoso poema para representarlo.
Besos de fin de semana.
Carmen
¡Si!Lo que ocurre es que soy muy primitiva y me inspiran los sentidos más primarios...además Gioconda me lo puso fácil je je je.
Gracias, ¡encanto!
Publicar un comentario