Estoy intentando aprender por fin algo interesante. No siempre es fácil aprender a aceptar lo que la vida nos ofrece en el camino. Sobre todo cuando nuestro afán de controlar no nos deja fluir y dejarnos llevar por el río sin empujarlo. Necesitamos controlar lo que sucede para conservar la fantasía de que todo está en orden y que nada sucederá sin nuestro consentimiento. Hasta que de pronto la vida dice...!agua vaaaaaaa¡ y la tormenta que se desata nos hace sentir pequeñitos e indefensos. También esto es una ilusión, ni somos tan pequeñitos, ni estamos tan indefensos. Al fin y al cabo, de nuevo la mente intenta controlar y poner etiquetas para acotar un terreno conocido y movernos con más soltura.
En definitiva...es más sencillo y menos cansado nadar con la corriente.
Esta frase quizá no tenga mucho que ver con lo que he contado, ¡pero me encanta.!
No es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos; es porque no nos atrevemos que las cosas son difíciles.
Séneca