Me pregunto por qué siempre que me posiciono en una idea o un pensamiento, automáticamente quedan excluidos otros que parecen incompatibles.
Puedo tener una sensación de movimiento, de cambio, de renovación, y al mismo tiempo…mirar alrededor y creer que nada ha cambiado. Esto me lleva a pensar que no todo lo que sucede puede ser traducido por mi mente. Hay cierto tipo de sucesos que no puedo abarcar intelectualmente, y es por eso que me cuesta explicarlos.
Hay una gran novedad, además muy propia del verano: ¡Cóctel!, estoy aprendiendo a hacer cócteles de estados de ánimo. Soy de naturaleza práctica, el reciclaje es algo que me inculcaron de pequeñita y hay cosas que no quiero desaprender aún.
Así que ahora aprendo a mezclar emociones, sensaciones, estados de ánimo…en apariencia irreconciliables. La idea es no desperdiciar nada, sacar provecho de todo, descatalogar estados de ánimo con mala fama...quizá infundada.
Estoy en época exploratoria…hay más cócteles en mi nevera…unos fresquitos y otros más templados…todos riquísimos si me propongo disfrutarlos desde un nuevo lugar…un lugar diferente que me permite mirar desde otro ángulo y encontrar nuevos matices. Saborearlos a ciegas, como si fuera la primera vez, quitando etiquetas amarillentas, que ya no se corresponden con lo nuevo que intenta colarse por puertas y ventanas.
Y cómo no…Benedetti ya tenía poema para esto…
ESTADOS DE ÁNIMO
Unas veces me siento